La elección antes de la celebración es importante - ©Fabio BavusiCada momento de nuestras vidas está marcado por un código de vestuario y las celebraciones navideñas tienen también sus características. En este mes de diciembre nos encontramos, fundamentalmente, con dos tipos de eventos: los almuerzos/cenas familiares y las celebraciones de empresa. Veamos cuál es la etiqueta apropiada para estas últimas:

En la mayor parte de los casos, la “fiesta de la empresa” tiene lugar a continuación de la jornada laboral con pocas posibilidades de un gran cambio de indumentaria. En el caso de las mujeres, la casuística es muy variada. Lo que sí debe tenerse en cuenta es que a los eventos lúdicos de empresa, ya sea por la Navidad o por cualquier otro motivo, no debe llevarse el traje de chaqueta del trabajo. Para no complicar en exceso la logística, se puede utilizar la falda del traje y sustituir la americana por un chal o rebeca que se llevan con facilidad en una bolsa al trabajo. En estas ocasiones, están admitidas prendas de tejido brillante como el lamé, la seda o el raso así como las pieles. Los tejidos transparentes son poco adecuados para el día aunque un peinado sofisticado, un foulard dorado o unos pendientes llamativos pueden ser suficientes, lo importante es darle ese toque especial y diferente al día a día para vivirlo como una fiesta.

Si el vestuario habitual de los hombres es el traje y la corbata, ese día no suele haber cambios sustanciales aunque es recomendable observar unas pequeñas pautas para transmitir una imagen más elegante: el puño de la camisa debe llegar al hueso de la muñeca y no sobrepasar ese límite. La manga de la chaqueta será más corta dejando ver un centímetro el puño de la camisa. Si la talla es la adecuada, los hombros de la chaqueta se verán rectos y no caídos. Cuando el abdomen es prominente, es mejor disimularlo con un chaleco abrochado que ir con los botones de la camisa a punto de saltar. Todas estas pautas pueden tenerse en cuenta cualquier día del año. El toque navideño puede darlo una corbata o un pañuelo especiales o unos gemelos, acorde con el carácter formal o creativo de cada uno.

Si el evento tiene lugar por la tarde/noche y se han marcado notas de protocolo sobre el vestuario (ahora se utiliza mucho el término “dress code”) hay que ser respetuosos con el nivel de formalidad que el anfitrión ha marcado y dejar la rebeldía y el desafío para un momento más adecuado. La nomenclatura más usual para los caballeros es:

– Traje oscuro que significa traje con americana del mismo color y en negro, a ser posible, o como mucho azul marino o gris marengo. La chaqueta irá siempre abrochada al caminar ya que hace una figura más esbelta y elegante.

– El esmoquin o black tie (llamada corbata negra por el color de la pajarita) es otra posibilidad más festiva aunque menos habitual. Sería deseable que se utilizara más a menudo esta etiqueta que tanto favorece a los hombres.

En cuanto a las mujeres, nos podemos encontrar con la petición de llevar vestido de cóctel, vestido corto o LBD (little black dress). No será obligatorio el color negro pero sí que el largo se encuentre entre las rodillas y la mitad de la tibia. El estilo lo marcará cada una según lo que quiera transmitir.

Ante un evento de estas características, es deseable dejar aparcados los sentimientos negativos rescatando nuestro mejor espíritu festivo y, aunque no me corresponde dictar cómo ha de sentirse cada uno, sí es mi deseo que sea tiempo de luces y burbujas, de alegría e ilusión para todos. Feliz Navidad.

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Montse Calvo
Especialista en imagen pública y profesional
Vocal de la Asociación Española de Protocolo
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