Reproducimos las 5 anécdotas más votadas en nuestro concurso para celebrar que somos más de 1000 seguidores en nuestra página de Facebook. ¡Gracias a todos/as por participar! y ¡enhorabuena a los/as premiados/as!

1. Randy Mendiguchia:

Ahí va una de mis anécdotas. En los preparativos de la inauguración de una plaza, y tras hacer una visita de inspección junto a mis colaboradores, acordamos colocar una placa conmemorativa que sería descubierta por las autoridades asistentes el dia del acto. Esta placa la encargamos de mármol con letras en color negro (acorde con el entorno) Hasta aquí todo normal, al día siguiente un medio de comunicación escribe esto sobre el acto.

«La plaza de —— es un espacio multifuncional ya que es a su vez un parque que permite el uso compatible, permite las actividades sociales y que invita a la convivencia.

La anécdota del evento, sin intención de ser gafe, la puso la placa que lleva los datos de inauguración y que está ubicada a un extremo de la plaza. Dicho elemento no era otra cosa que una lápida, ya que al no encontrar para ese acto con el respectivo modelo los responsables tuvieron que acudir al ingenio y borrar los datos de una lápida de un fallecido y grabar los de la plaza. TREMENDO»

2. Stefano Velasco: » «De Botsuana… a Cartagena»

Hola, compañeros. De entre las más destacadas, recuerdo hace poco más de un año, cuando trabajaba para una de las principales empresas energéticas del mundo en Madrid (Repsol) y preparábamos la organización de la inauguración de la ampliación de la refinería de la compañía en Cartagena (Murcia), el día 18 de abril. Pues bien, una semana antes, el nieto de S.M. el Rey (quien presidiría el acto) comete la «travesura» de dispararse en un pie. Puf… marrón porque veíamos que algo se avecinaba en la Casa Real, y poco o nada nos beneficiaba con todo que estábamos montando. Pero aún faltaba por llegar lo gordo: comunicado de Casa Real informando sobre la rotura de cadera de S.M. ¿Recuerdan cuál fue la noticia? (http://politica.elpais.com/politica/2012/04/14/actualidad/1334391118_898284.html) Sinceramente, pensábamos que era broma… A tres días escasos del gran evento, con todo lo que supone la organización de una inauguración de tal magnitud (placa conmemorativa, invitaciones enviadas «con la presencia de S.M. el Rey», regalos a los más de 300 asistentes -con gran número de autoridades locales, provinciales y nacionales- y un largo etcétera), imaginaros el caos… Como se suele decir, «a grandes males, grandes remedios». Finalmente, y gracias a la rápida reacción y buena voluntad de Casa Real, S.A.R. el Príncipe Felipe tuvo el placer de ejercer de invitado de honor, y detalles como la placa conmemorativa -tras múltiples riesgos de infarto- fue solucionado de forma que, salvo dos o tres personas del equipo de la Organización, nadie notó el «apaño».

3. Javier Vila:

Ha sido -posiblemente- el momento más duro de mi carrera profesional; en un campeonato del mundo, en los entrenamientos libres previos al mundial, falleció un competidor. Nunca había sucedido nada igual, por lo que no había nada contemplado (error, deberíamos estar preparados) pero tuvimos la rapidez y la comprensión de la selección del competidor para lograr hacer un bonito homenaje sin alterar el transcurso del evento. Aprendí algo muy importante, con humildad y respeto, se reconducen muchas situaciones.

4. Teresa Mateos:

Otra anécdota curiosa tiene relación con la firma de un libro de honor. Una alta autoridad-en qué estaría pensando- se equivocó, para una frase que tenía que escribir. Así nos quitaron el libro y más tarde nos lo hicieron llegar con el error rectificado. ¿El error? Todo un misterio. Nos quitaron el libro inmediatamente.

5. Paula Izquierdo:

A mí me pasó también una cosa curiosa hace unos tres años. Me contrataron para realizar los últimos detalles de una boda. Muchas cosas ya estaban decididas pero para el tema de la ceremonia civil y algunos flecos de la decoración me pidieron un poco de ayuda. Lo curioso es que lo gestioné a través del chico del catering que era amigo personal de los novios. No coincidi con los novios hasta el día de la boda porque uno era de fuera y el otro, que era concejal de un municipio, estaba muy atareado. Tambiénbes cierto que no fue absolutamente necesario. Nadie me comentó, hasta que lo vi yo misma, que estaba organizando una boda gay!».