Presidente Rodríguez Zapatero con el rey de Marruecos Mohamed VI

Presidente Rodríguez Zapatero con el rey de Marruecos Mohamed VI

Hay que ver el efecto mediático que se le ha dado al reciente encuentro del presidente Rodríguez Zapatero con el rey de Marruecos Mohamed VI en la sede de la ONU.

La entrevista al margen de la interpretación política que se le quiera conceder, ha tenido impacto en los medios por un detalle vexilológico, pues como saben, en la mesa que estaba en el espacio donde se llevó a cabo la misma, aparecía una bandera marroquí de sobremesa.

Esto provocó que el grupo popular criticase la ausencia de otra enseña española, entendiendo que o estaban las de ambos países o ninguna.

Fuentes de la delegación española manifestaron que estaba la de Marruecos porque su soberano actuaba como anfitrión del encuentro “como mandatario de mayor rango”.

No vamos a polemizar más sobre este asunto (esperemos que una bandera pequeña no genere un problema grande) , que, como hemos dicho, tiene su trascendencia política. Y fuera de valoraciones protocolarias- se entiende que la ONU es sede neutral-, lo que se nos ocurre expresar hoy y aquí es que nuestros políticos se preocupan de nuestra bandera por barrios. Todos sabemos lo que representa la enseña española y como la actual legislación obliga a que ondee en todo el territorio, pero también sabemos como se inculca más en unas áreas geográficas que en otras. No queremos ser más papistas que el Papa. Se trata de que cada tema se analice en su contexto y si la excusa de una entrevista de Estado nos permite reflexionar sobre el tema, mejor que mejor.

De ahí el título que le hemos dado a este artículo, parafraseando otro de una conocida canción que se entonaba hace años, permutando la bandera por la manguera. Aunque a veces, en esto del protocolo, hay que ser bastante bombero para apagar los incendios que algunos representantes institucionales propagan.

*Texto extraído del artículo publicado el 29 de Septiembre de 2010 en RevistaProtocolo.comVer artículo