Nuestra Delegada de AEP-Andalucía, María José Flujas, nos ha remitido esta noticia que no deja de ser curiosa pero que nos lleva a hacer esta reflexión que compartimos con vosotros, nuestros seguidores y lo que no lo son, por supuesto.

Articulo ABC_ Ayuntamiento Alcalá de Guadaíra

sevilla.abs.es

 

Articulo de eldiario.es

eldiario.es

Reproducimos, pues, el análisis que le hemos pedido a nuestra socia y delegada, al respecto.

Gracias, María José.

“Creo que no es exagerado decir que las prendas sirven para expresar respeto. Respeto hacia instituciones, hacia el valor de los actos a los que se acude, respeto por el criterio que marque un anfitrión que nos invita.

El vestuario nos identifica, es un elemento importantísimo a la hora de comunicar; eso que los técnicos llamamos comunicación no verbal y que tan relevante es para aportar información acerca de la persona y del papel que desempeña.

Últimamente han surgido muchos comentarios y noticias relacionadas con la etiqueta en el ámbito político, como la que ahora nos ocupa que, en mi opinión, se excede al prohibir que las mujeres usen pantalones y no cuando exige que los concejales porten la medalla corporativa. Otra consideración tendría, en su caso, el valor o coste de la misma, que sería una cuestión a discutir en otro ámbito.

Cuando hablamos de etiqueta hacemos referencia al vestuario necesario para acudir a determinados actos o celebraciones y dentro de ello siempre procuraremos que sea lo más cómoda posible, adaptada al tiempo o estación y desde luego siempre estará influenciada por la moda. Sin olvidarnos por supuesto de que, al margen de ciertos criterios mínimos o sugerencias, la libertad personal está por encima de todo ello.

Desde la Delegación en Andalucía de la Asociación Española de Protocolo manifestamos nuestro respeto y máximo apoyo a los profesionales de protocolo y a que las Administraciones velen por la importancia del ceremonial y la etiqueta como elementos fundamentales de su imagen pública pero creemos que se desvirtúa la esencia si se aplica un exceso de celo».