Con optimismo y satisfacción, Carlos Fuente, en su condición de presidente del Comité Organizador, en la clausura del I Congreso Universitario de Eventos y Comunicación, anunciaba la segunda edición del mismo, lo que quiere decir que este encuentro, en el que han coincidido alumnos y profesionales del sector, tendrá continuidad y así su consolidación.

Al socaire de las reflexiones vertidas en Revista Protocolo por el responsable de este evento y director del Instituto Universitario de Protocolo dela UCJC, está claro que queda aún por hacer dentro de nuestro sector y que estamos atravesando una reconversión que permita adaptarnos a los nuevos tiempos. No es solo Protocolo, es también comunicación y es organización y gestión de eventos. La sociedad evoluciona y con ella sus profesionales.

El mercado y la demanda marcan las nuevas tendencias profesionales y los que nos dedicamos desde hace bastante tiempo a este ámbito del protocolo y la organización de actos, somos conscientes de ello. En la evolución está el enriquecimiento de nuestra cultura profesional y como con todo, es necesario actualizarse y reciclarse. El mismo presidente dela Asociación Españolade Protocolo, entidad implicada en la gestación de este congreso, Juan Angel Gato, dejó claro en su intervención  de la necesidad de que la propia AEP se adapta esos nuevos tiempos e incorpore la expresión “eventos” a su denominación.

Se habla de innovación, de diseño, de creatividad, de las aplicación de las nuevas tecnologías y de toas las prestaciones de las redes sociales,- el propio congreso tuvo dos millones de impactos-, de nuevas disciplinas que surgen, de las nuevas tendencias, pero siempre, sin perder nunca el espíritu de esta profesión: orden, disciplina, organización  y puesta en valor de nuestro bagaje, utilizando y combinando técnicas y normas, porque el protocolo es ante todo una ciencia que se basa en tradición, en usos, en costumbres y  en la contemplación de una normas y la organización de eventos es una puesta en escena de un acto, de una  ceremonia, teniendo en cuenta esas nuevas tendencias y lo básico del protocolo cuando el ceremonial lo requiere.

Todo ello, debidamente aplicado crea una imagen positiva de esa organización y consiguientemente se comunica con eficacia, somos pues eficientes y eficaces y establecemos y rentabilizamos una acción con el mensaje que genera ese acto. Todo eso, es fruto de una óptima organización y  de una combinación del protocolo en su pura esencia como tal, de la innovadora técnica de gestión y de la comunicación que  produce ese evento. Una perfecta imbricación de todos estos factores, crea un magnífico producto que llamamos evento.