En toda profesión, también en la nuestra, hay compañeros que nos venden humo, que nos alientan a construir castillos que con el tiempo te das cuenta que no existen para ti. Y, entonces, cuando te percatas de esto, te invade la decepción, la indignación y, lo que es peor, te minan la creencia de que en protocolo también hay buenos profesionales que son buenas personas.

Por esto, cuando una compañera de profesión te llama y te invita a participar de un propósito, la respuesta es alta y clara, sí.

La socia de la Asociación Española de Protocolo (AEP), Margarita Murillo, tiene un propósito, dar visibilidad a aquellos compañeros que llevan años trabajando en el ámbito del protocolo y que tienen mucho que decir sobre esta profesión. Se lo han ganado por derecho y méritos propios.

Para lograr este objetivo, Murillo desde su Galicia Protocolo ha conformado un equipo de colaboradoras del cual formo parte, junto a María Isabel Cao, Sonia Mira, Gemma Rodríguez y Carmen Vázquez, socias de la Asociación de Técnicos de Protocolo y Relaciones Públicas e Institucionales de Galicia.

Y, ¿cómo se va a lograr esa visibilidad? Pues, trabajando y colaborando de igual a igual. Aquí no hay sitio para egos, aquí solo cabe la generosidad, pero no desde una visión ñoña, sino responsable y madura.

En definitiva, este propósito de Margarita solamente se va a conseguir, como muy bien dice ella, siendo «somos».

Sirvan estas líneas para poner en valor la valentía de Margarita Murillo y de todo su equipo de colaboradoras de Galicia. Valor no solamente por su emprendimiento, sino también por alzar su voz.

Concluyo esta reflexión con una frase deFrançois Fénelon (1651-1715) que aparece en su obra Las aventuras de Telémaco(1699): «El verdadero valor consiste en prevenir todos los peligros y en despreciarlos cuando se hacen necesarios».

Mª del Carmen Portugal Bueno