Se trata de un adverbio antes que de un apellido, aunque puede alternarse, sobretodo en el tema que abordamos. Queremos hacer nuevas referencias, más alusiones a la polémica que se suscita, además gratuitamente, sobre el uso o mal uso de la bandera española u otras enseñas consideradas oficiales.

No es cuestión de definirla como tal polémica, pero algunos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia relacionada con nuestro laureado deportista Dani Pedrosa, cuando e su reciente victoria en MotoGP, no paseó la bandera de su país, como sí hicieron los otros dos ganadores. Posteriormente él mismo se ocupó de explicar que no había que buscar ninguna interpretación- ahora que parece que todo el mundo esta bastante sensibilizado con eso de “abanderar” sus principios territoriales antes que estatales- y que habia actuado inconscientemente, descartando cualquier suspicacia, aunque de paso aprovechó para matizar que esas banderas a veces resulta complicado llevarlas porque son grandes y tiran mucho. Pues nada, que la Federación correspondiente haga unas a la medida y que sean manejables. Que ese no sea el problema para su exhibición.

Pero la otra nota mediática se ha vivido este fin de semana en Cataluña -una vez más-, cuando en el Nou Camp los aficionados participaron en el despliegue de una gran bandera en las gradas, pero con los colores de la señera catalana. Fue una acción independentista llevada a cabo en un contexto deportivo y que ha suscitado comentarios para todos los gustos… y tendencias. Y un acto en la línea auspiciada desde el actual gobierno de la Generalitat, como es marginar la bandera de España y basta comprobar las comparecencias públicas de Artur Mas donde solo aparecen las enseñas de Cataluña y Europa, tal y como nos hacíamos eco en un anterior artículo ( “Dos países, una bandera” 17.09.12).

Se está perdiendo el espíritu y sentido del lenguaje vexilológico y el mensaje implícito que conlleva a bandera, está siendo manipulado. Además, como estamos diciendo, cada vez que acontecen este tipo de acciones de “rebeldía” se está conculcando la ley, pero parece que tampoco hay mucho interés por hacer que se cumpla, sólo amagos o anuncios de actuaciones, aunque después todo se va disipando.

Hay que reivindicar el uso de las banderas porque es por imperativo legal y como en mas de una ocasión hemos dicho, todo representante del poder público, está obligado al cumplimiento de la ley.