La sensibilización sobre las cuestiones de protocolo ha aumentado en los últimos años, sobre todo porque se está generando cierto interés de las empresas por dotarse de profesionales que, con las acciones de RRPP, contribuyan decididamente a proyectar su imagen corporativa.

Nombre: Mari Carmen Martínez García
Empresa / Institución: Doctoranda en Protocolo

1. ¿Cómo te vinculaste al mundo del protocolo?
Por necesidad, así de contundente. Me licencié en Periodismo y en Publicidad y Relaciones Públicas y, en aquellos momentos, las asignaturas vinculadas a la organización de eventos y el protocolo, quedaban en segundo plano, era algo optativo que casi nadie quería cursar, y yo tampoco lo hice. Tras iniciar mi carrera profesional en el seno de la gestión de la comunicación de un
Ayuntamiento me di cuenta que desconocía aspectos tan primarios como la presidencia o las precedencias, por lo que decidí cursar un Máster Universitario en Protocolo y Asesoría de Imagen (UCAM). Mi caso es pragmático, ya que, de considerar el protocolo como algo encorsetado y ligado a costumbres y tradiciones obsoletas, hoy en día, me considero una fiel defensora de que es la herramienta máter de las Relaciones Públicas en el seno de las organizaciones.

2. Háblanos, por favor, cómo es tú día a día, en tu actividad profesional.
Personalmente, he sido una de los miles de profesionales afectados por la crisis y, actualmente no trabajo en mi ámbito profesional. Pero yo, como otros muchos profesionales, hemos sido capaces de transformar un problema una en una virtud con el fin de revertir la situación y abrirnos hacia nuevos nichos de mercado. Por ello me sumergí en el ámbito académico. Estoy realizando mi tesis doctoral sobre protocolo local en España, un estudio que ya está ofreciendo datos y, con el que pretendemos, consolidar el protocolo como herramienta de relaciones públicas en las entidades locales.

3. Crees que protocolo y eventos están condenados a entenderse o, por el contrario, deberían de haber convivido juntos, desde el principio.
En la diversificación de la definición de los conceptos básicos (protocolo, acto, evento y ceremonial) reside uno de los principales hándicap de la profesión. Aún no hemos sido capaces de buscarle un sentido académico y docente adecuado con el fin de unificar estos mínimos criterios técnicos. Nos encontramos que, según en el sector en el que se trabaje, se le otorgará un significado distinto. Yo soy de la opinión académica de que protocolo solo puede estar relacionado con lo oficial, diplomático, social, internacional, militar, religioso y lo universitario. No obstante, defiendo que en la organización de eventos deportivos, organizacionales o culturales debemos de hablar de “protocolo en y no protocolo de”.
El evento, en mi opinión, es la transformación del primario acto oficial adecuado a las necesidades de cada organización anfitriona, por tanto, los eventos y el protocolo hoy en día, deben de ser una alianza estratégica para la proyección de la imagen de cada entidad, pero con los matices adecuados a cada acto público.

4. ¿Crees que el Protocolo goza del reconocimiento que le corresponde como tal?
La sensibilización sobre las cuestiones de protocolo ha aumentado en los últimos años, sobre todo porque se está generando cierto interés de las empresas por dotarse de profesionales que, con las acciones de RRPP, contribuyan decididamente a proyectar su imagen corporativa. Pero queda mucho para que el protocolo goce de ese reconocimiento profesional en el que debe de estar.
El proceso de transformación “mental” pasa por la formación académica, ya que caminamos hacia una nueva dimensión de la disciplina. Y con esto no me refiero solo con la implantación de los Grados en Protocolo, que más tarde hablaremos de ellos, sino que debemos dar un paso más y como colectivo profesional exigir que esta disciplina se imparta en carreras universitarias que sean pilares angulares en nuestra acción; como por ejemplo, periodismo, publicidad, comunicación audiovisual, administración de empresas, marketing, ciencias económicas, bellas artes, actividades físico deportivas… Un sinfín de carreras universitarias que podrían nutrirse de la herramienta fundamental en el proceso de relaciones con sus públicos, el protocolo.

5. ¿Qué crees que haría falta para mejorar la imagen del protocolo en la sociedad?
Como he apuntado anteriormente, lo primero es la formación. En segunda instancia, los profesionales debemos de tener un papel fundamental en la proyección de esa transformación mental. Yo soy de las que considera que detrás de un titular barroco y anticuado como este “El Rey se saltó el protocolo”; debería acompañarse de una explicación contundente de que “no se ha saltado el protocolo, sino que eso es una estrategia marcada por el protocolo con el fin de acercarse al público, transmitir naturalidad y cercanía como estrategia de comunicación con sus públicos”.
Solo así conseguiremos que esa imagen de que el protocolo está encorsetado es algo más, algo imprescindible hoy en día para las organizaciones, ya que todas se relacionan con sus públicos con el fin de transmitir un mensaje y para esa puesta en escena, necesitamos el protocolo.

6. ¿Qué percepción tienen, según tú criterio, los medios de comunicación de los profesionales de protocolo y eventos?
Realmente nos encontramos de todo. Hay periodistas que entienden que nosotros somos sus mejores aliados que vamos a intentar ofrecerles la mejor visión, posición y atención. Pero
también hay profesionales que nos entienden como obstáculos que perjudicamos su trabajo y, con ello, su forma de proceder.
No obstante, creo que, tanto la percepción de la sociedad como la de los medios, sigue pasando por la academia. La idea no parte de volvernos locos y formar ahora a todo profesional que no entienda lo que en verdad es el protocolo, sino que educando de manera idónea a las nuevas generaciones, siendo ellas los líderes de opinión de los nuevos conceptos, serán transmisores de ese conocimiento tan necesario para entender el protocolo.

7. Desde hace varios años ya está oficializado el Grado Universitario en Protocolo y Organización de Eventos. ¿Cómo crees que puede influir esta formación académica en la
incorporación laboral de los futuros graduados?

Cuando se hablaba de que esta profesión se podría reglar parecía una utopía y se ha conseguido. Con la puesta en marcha de los Grados Universitarios romperemos con uno de los grandes problemas que nos encontramos diariamente, el intrusismo. Vemos habitualmente como personas sin formación específica se hacen cargo de los departamentos de relaciones externas solo por afinidad o por intereses creados. El hecho de tener graduados universitarios es el punto de partida para que la anticuada imagen de esta profesión evolucione hacia la disciplina  comunicacional.
Ahora bien, debemos ser más ambiciosos y evolucionar hacia la perspectiva académica con el fin de animar a esos estudiantes a involucrarse en la investigación sobre el protocolo y el
ceremonial. Como investigadora, es desolador ver cómo apenas aparecen papers sobre protocolo en las principales revistas indexadas y eso hay que cambiarlo.

8. ¿Qué te parece la creación de un Colegio Profesional?
Es algo imprescindible, pero a la vez considero que hasta el momento ha sido complicado. El primer paso para esta consolidación fue alcanzar la evaluación positiva de la ANECA sobre el Grado de Protocolo. Conozco el trabajo que está haciendo la AEP en este sentido, pero debemos ser conscientes del grado de complejidad de este asunto. Tener un colegio que defienda nuestro interés público es primordial para esa evolución de la que he hablado, por tanto defenderé su creación hasta que lo consigamos.

9. Descríbenos, por favor, cuál sería para ti el perfil de un candidato a responsable de protocolo y eventos.
Siempre hemos hablado de ese “maestro orquesta” que debe ser disciplinado, ordenado, estratégico, profesional… decenas de atributos que cualquier puesto de trabajo con responsabilidades públicas debe tener. No obstante, el profesional del protocolo está saliendo ese círculo de la organización de eventos-actos pura, para introducirse en la verdadera esencia del protocolo como herramienta de las Relaciones Públicas con la que se consiguen los objetivos estratégicos de comunicación y, con ello, un retorno de inversión favorable hacia la organización.
Por tanto, es imprescindible que un responsable de protocolo conozca las técnicas de comunicación, seguridad, marketing, relaciones públicas e imagen.