La Princesa de Asturias y la Duquesa de Cornualles acariciaron un perro-guía durante su visita a la Fundación ONCE de Boadilla del Monte (Madrid).

La Princesa de Asturias y la Duquesa de Cornualles acariciaron un perro-guía durante su visita a la Fundación ONCE de Boadilla del Monte (Madrid).

La visita que la Princesa de Asturias y la Duquesa de Cornualles realizaron hace unos días a la Escuela de la Fundación ONCE del Perro Guía, como dijo el Presidente de la ONCE, sirve para reconocer las capacidades de las personas ciegas y deficientes visuales y las hace visibles en la sociedad.Y es que esa visibilidad se materializa en parte por la independencia que a los distintos usuarios les otorga el desplazarse con estos animales mejorando así su integración social y laboral.

Una normalización que supone una mayor participación de las personas con discapacidad visual en los distintos eventos, lo cual nos lleva a que los responsables del protocolo, de la organización de actos, tengamos en cuenta a estos lazarillos, inseparables de sus dueños, y por tanto debamos considerar algunos detalles que pueden afectarnos o que pueden servirnos de ayuda para tratarlos adecuadamente.

En este sentido y aunque nos resulte muy obvio, hemos de saber que los perros guía que acompañan a estas personas discapacitadas están trabajando. Esto implica que no les podemos distraer acariciándolos, tocando su arnés, llamándolos, silbándoles o dándoles comida. Aunque nos pueda parecer que estamos teniendo un gesto amable, lo cierto es que estos detalles pueden suponer un problema para su educación y lo que es más importante, puede crear dificultades en la transmisión de información entre el usuario y el perro con lo cual podemos interferir en la movilidad de esa persona e incluso originar situaciones peligrosas.

Esto no significa que no podamos tratar a estos animales siempre que el dueño nos de permiso. Son animales que están muy bien adiestrados, que jamás tendrán un comportamiento que nos pueda asustar y que están perfectamente acreditados y sometidos a rigurosos controles veterinarios.

Conviene saber que generalmente los usuarios de perros guía sujetan el arnés con la mano izquierda y por ello esta será también habitualmente la posición que adopte el perro cuando esté parado o descanse. Lo indicado es importante para que, en la medida de lo posible, preveamos al lado izquierdo del lugar donde se haya de ubicar nuestro invitado ciego o deficiente visual mayor espacio.

También hemos de saber que aunque los perros guía se acomodan a los pies de su amo cuando este se sienta – da igual que sea una mesa de comedor, una butaca de un salón de actos, una presidencia,…- no deberíamos despreciar la cortesía procurando, si no interfiere en precedencias, asignar a esta persona un puesto próximo a pasillos o en espacios más amplios de modo que el animal se ubique al lado. En este caso habrá que cuidar que esta acción no dificulte el paso de otros asistentes.

Las consideraciones relatadas nos procurarán una mejor atención a nuestros invitados pero además de tratarse de factores que quizás emanan de la pura gentileza, no deben hacernos olvidar que el acceso de los perros guía a edificios, instalaciones y dependencias de cualquier tipo cuyo uso implique la concurrencia de público, así como a establecimientos hoteleros, de restauración, transportes públicos,… con independencia de que la titularidad sea pública o privada, está reglado y garantizado por normas estatales y autonómicas. Por todo ello nos los encontraremos, afortunadamente más de una vez, en nuestros eventos.

María José Flujas Leal
Responsable de Protocolo ONCE Andalucía
Delegada territorial de la AEP en Andalucía

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*Articulo publicado en Abril 2011 en Edición Especial del Boletín «Así somos» de la ONCEDescargar artículo