Después de todo un año estudiando y encontrando nuevos artículos y libros sobre protocolo, ha llegado el momento de descubrir el protocolo en otras lecturas de manera inesperada y sorprendente.
Hace relativamente poco, minutos de mis vacaciones los dedico a leer títulos que, en principio, nada tienen que ver con el protocolo. Pero, sin embargo, y para mi satisfacción, siempre encuentro alguna frase que me conduce al ceremonial.
Este verano le toca el turno a una obra que adquirí en agosto del año pasado. Su título Los Románov. 1613-1918, del autor Simon Sebag Montefiore. Tengo muchas expectativas puestas en este volumen y confío en su potencial.
Me gustaría compartir con vosotros algunos de los libros que en su día me recordaron el protocolo sin esperarlo, incluso alguna vez sin quererlo. Igual algunos ya forman parte de vuestra biblioteca o quizás no.
El baile de Natacha. Una historia cultural rusa, de Orlando Figes. En este ensayo encontrarás píldoras sobre nobleza, gastronomía, costumbres, religión o supersticiones. Todo ello desde el «esplendor del San Petersburgo del siglo XVIII al auge de la propaganda estalinista, de la artesanía popular a los rituales mágicos de los chamanes asiáticos, de la poesía de Pushkin a la música de Mussorgsky y las películas de Eisenstein, recreando la vida y los avatares de una impresionante galería de personajes entre los que figuran aristócratas y siervos, revolucionarios y exiliados, sacerdotes y libertinos».
Sonrisas y lágrimas. La verdadera historia de la familia Von Trapp, de María Von Trapp. Una historia real contada por su protagonista cuya vida transcurre desde un convento de Salzburgo hasta América huyendo de Hilter. Durante su lectura puedes encontrar retazos de costumbres religiosas y sociales. Como es el caso de un compendio sobre los diferentes tipos de aplauso:
Aplauso estruendoso: «cuando vuelves a un teatro que está abarrotado de gente que está deseando tu regreso».
Aplauso educado y tímido: el «que no dura lo suficiente como para que llegues hasta el centro del escenario para saludar –el aplauso suave para el recién llegado o el novato-, no muy positivo».
Aplauso que apenas se oye: «y que dan con sus guantes las señoras de la alta sociedad en los musicales matutinos y que van acompañados de bostezos educadamente ocultos».
Aplauso cálido, largo y entusiasta: el que se produce «tras un buen concierto y que te da un público sincero que pide un bis».
Aplauso rutinario: el de «las personas educadas, el público típico de los conciertos, cuyos antepasados siempre asistían a ellos».
Manual de anfitriones y guía de golosos, de B.A. Grimod de la Reynière. Una obra del primer periodista gastronómico de la historia de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Una lectura muy recomendable donde nos encontramos perlas como esta, y que se la dedico a Juan de Dios Orozco, delegado de AEP Castilla-La Mancha: «Un buen mayordomo debe ser a la vez excelente cocinero, fino degustador, lúcido proveedor, hábil sirviente, calculador exacto, conversador agradable, dinámico y educado».
La Santa Biblia. Un libro que todo aquel que se dedique al protocolo y al ceremonial debe leer. Entre sus páginas encontramos menciones al protocolo militar, religioso, político y social. También referencias a tradiciones y costumbres, como es el caso de las joyas: «Recoge los pendientes de oro que vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestras hijas llevan en las orejas y traédmelos», o de los buenos modales: «Ponte en pie ante el hombre de canas, honra al anciano y teme a Dios».
Estas son mis propuestas de lectura para este verano. Seguro que tú también tienes otras y me encantaría que las compartieras conmigo en el perfil oficial de AEP en Facebook (www.facebook.com/aeprotocolo/) o Twitter (https://twitter.com/aeprotocolo?lang=es).
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Nos vemos en septiembre, ¡feliz verano a todos y buena lectura!
Mª del Carmen Portugal Bueno