«Si quieres olvidar algo o a alguien, no lo odies. Todo lo que odias queda grabado en tu corazón; si deseas dejar de lado algo, si quieres realmente olvidar, no lo puedes odiar», nos dice la escritora Joy Bell.

A pesar de parecer insensible, yo no voy a odiar al 2020. Me apena todo el dolor y el sufrimiento que ha generado este año, pero es parte de mi historia y como tal tengo que abrazar esta amargura.

Esta postura vital nos ayuda a seguir adelante y, sobre todo, a dar lo mejor de nosotros mismos. Algo que no podríamos conseguir si sucumbimos a la tristeza. Y creo que esta actitud ha sido el hilo conductor de los profesionales del protocolo.

Ya sea a nivel individual o grupal, el 2020 nos deja una versión mejorada del protocolo. El esfuerzo, el compañerismo, la generosidad y la implicación son conceptos que ya forman parte de nuestra realidad profesional gracias a este año que acaba.

En 2020 surge un movimiento cuya finalidad es la unificación sectorial de la industria del espectáculo y los eventos, Alerta Roja.

Este año han nacido dos entidades relacionadas con el protocolo:

  • Observatorio profesional de protocolo y eventos: foro de debate y estudio entre profesionales del sector del protocolo y la organización de eventos.
  • Organización mundial de protocolo: espacio que busca construir y superar toda barrera cultural, geográfica, ideológica e identitaria en favor de afianzar el campo profesional y disciplinar del protocolo y el ceremonial.

Y han salido a la luz tres nuevas publicaciones relacionadas con esta materia:

  • El protocolo en el deporte, de Juan Manuel Jiménez Sánchez.
  • Guía práctica ilustrada de ordenación de banderas oficiales, de María del Carmen Portugal Bueno.
  • Protocol to manage relationships today, de Isabel Amaral, William Hanson, Bengt-Ame Hulleman, Diana Mather y Jean Paul Wijers.

Son seis hitos que heredamos del 2020 y que nos marca la dirección a seguir en 2021.

Mª del Carmen Portugal Bueno