De pascuas a ramos
«Los grandes eventos dan muchas satisfacciones, pero sabemos lo que nos cuesta salir cuando surgen situaciones complejas»
Ana Rodríguez, directora de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
Aranjuez, 31 de marzo de 2024
Aunque llegue a los buzones electrónicos y la ventana comunicativa de la web un poco después, fecho esta carta el último día de marzo, porque es el día en el que culmina una época del año de perfil eminentemente religioso, pero con múltiples connotaciones de ceremonias, actos y eventos que forman parte de nuestra dedicación profesional. Un periplo que une los domingos de Ramos y de Resurrección a través de pregones de pasión y de gloria, desfiles procesionales, escenificaciones y autos sacramentales, celebraciones litúrgicas y eucarísticas y un ramillete de costumbres que se enmarcan en la tradición católica de la Semana Santa. En este sentido situamos la organización y desarrollo de un amplio abanico de eventos y ceremonias que se abordan desde lo que se ha venido en denominar el protocolo cofrade. Un tiempo de reflexión en el que, además, otras creencias y confesiones religiosas también celebran sus festividades: la Pascua Ortodoxa, la Pascua Judía y, este año, el Ramadán Musulmán.
Los creyentes del culto oriental ortodoxo, o bizantino, celebran la máxima fiesta cristiana, la Pascua de Resurrección, observando 56 días de vigilia previos al Domingo de Resurrección cuya fecha de celebración, tanto católicos como ortodoxos, calculan según el principio establecido en el Concilio de Nicea: la Pascua de Resurrección se ha de celebrar el domingo que sigue al primer plenilunio después del equinoccio primaveral. Si la primera luna llena emerge un domingo, el domingo siguiente será Pascua de Resurrección, aunque se dan determinadas diferencias entre la fecha de la Pascua de los católicos y la de los ortodoxos por el calendario en que se basan las dos ramas de la iglesia cristiana: la Occidental y la Oriental. En Roma se rigen por el calendario gregoriano mientras el culto bizantino utiliza el calendario juliano. Los católicos empiezan el cálculo a partir del 21 de marzo, que en nuestra época es el día del equinoccio primaveral según el calendario gregoriano. Pero para la iglesia oriental ese fenómeno astronómico se produce trece días más tarde, el 3 de abril.
En el ámbito religiosos judaico, Pésaj, que significa “salto” en hebreo, es la festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, relatada en el Pentateuco, fundamentalmente en el Libro del Éxodo. El pueblo hebreo ve este relato bíblico como el hito que marca la conciencia de los descendientes de Jacob, con su identidad como nación libre y provista de una Ley. Se suele denominar Pascua judía o Pascua hebrea para distinguirla de la Pascua de Resurrección celebrada por el cristianismo. Esta festividad es una de las Tres Fiestas de Peregrinaje del judaísmo, ya que durante la época en que el Templo de Jerusalén existía, se acostumbraba peregrinar al mismo y realizar ofrendas. La festividad comienza en el día 14 del mes hebreo de Nisán, dura siete días y durante la misma está prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales fermentados, sustituyéndolos por matzá, pan sin levadura o pan ácimo, según el precepto bíblico recogido en el Libro del Éxodo. La festividad también recibe el nombre de Fiesta de la Primavera, ya que en el hemisferio norte marca el inicio de dicha estación. También es llamada Fiesta de la Liberación, Fiesta de las Matzot (plural de Matzá) o Fiesta de la Redención.
Otras confesiones religiosas, como Los Testigos de Jehová, no realizan actividades ni procesiones durante esta semana y solo recuerdan la muerte de Jesucristo que convierten en el acontecimiento más importante del año, y lo hacen a través de una ceremonia en la que se reflexiona sobre la importancia de su muerte, no de su resurrección, que conmemoran el día 14 de Nisán, el primer mes, que coincide con el comienzo de la primavera, según el calendario lunar judío. En la citada ceremonia, que gira alrededor de un discurso sobre cuestiones bíblicas, los asistentes pasarán de mano en mano copas de vino tinto sin fermentar y pan hecho sin levadura, recordando la Última Cena de Jesús y sus apóstoles en la última noche que Cristo pasó en la tierra, cuando para los Testigos de Jehová se instituyó esta Conmemoración como ceremonia que recordaría su muerte. Por eso, la celebración tiene lugar después de la puesta de sol.
La modificación de fechas en el calendario de las distintas confesiones ha hecho coincidir este año parte de las celebraciones cristianas y judías con el Ramadán, que los musulmanes celebran en el noveno mes del calendario islámico, respetado por musulmanes en todo el mundo como el mes de ayuno, oración, reflexión y comunidad. Cada año, el mes en el que se celebra el Ramadán cambia en torno al mes lunar, conmemorando la primera revelación de Mahoma. El cumplimiento anual del Ramadán está considerado como uno de los Cinco Pilares de Islam y su duración es de veintinueve a treinta días, a partir de la luna creciente y hasta la próxima luna creciente. Los ayunos van desde el amanecer hasta el ocaso y obligatorio, excepto para adultas con enfermedades crónicas, embarazadas o en periodo de lactancia, personas diabéticas o durante la menstruación. La primera comida debe darse antes del amanecer y es denominada suhur y el festín nocturno se denomina iftar. El nombre de ramadán en árabe proviene de la raíz Ramada, que significa quemar y ardiente, en alusión al perdón de los pecados como si fueran quemados.
Podríamos dedicar mucho más que unas líneas en una carta a destacar la importancia del protocolo religioso en todas las confesiones y en esa línea vamos a tratar de recuperar en este mandato corporativo la idea de celebrar un seminario o unas jornadas específicas a este interesante tema que enlaza con una aspiración de esta Presidencia, también para este mandato, abordando desde los ámbitos competenciales del protocolo religioso y del protocolo diplomático, un proyecto que, cada día, tiene más urgencia en el mundo actual: utilizar el ámbito protocolario para diseñar, consensuar y establecer un Protocolo para la Paz.
De la importancia de determinadas ceremonias religiosas, damos fe en nuestra reciente cita corporativa de Santiago de Compostela, durante la celebración de nuestra Asamblea General Ordinaria anual. Precisamente, el Domingo de Ramos nos sorprendió en Santiago… y algo había que estrenar. Yo estrené una buena sensación percibida ya desde el viernes anterior en la capital compostelana, donde disfrutamos de la hospitalidad y la acogida de la delegación territorial de Galicia. Allí desarrollamos, como decía, nuestra actividad corporativa y asamblearia, celebrada en formato híbrido, en la que aprobamos por unanimidad el balance económico del ejercicio 2023 y el presupuesto para el año en curso, en el que se ha hecho un importante esfuerzo económico de racionalización de los recursos, manteniendo congeladas las cuotas sociales pero incrementando partidas esenciales destinadas a la comunicación, la atención social y los recursos humanos, con la intención de dar más visibilidad a la aep, difundir nuestras actividades, aumentar el número de jóvenes asociados e insistir en la necesidad de dotar a la profesión de colegios oficiales y herramientas profesionales y formativas para acabar con el intrusismo y la mala praxis.
En Santiago, conocimos recursos y dotaciones en pazos, museos, infraestructuras culturales o religiosas y edificios oficiales, a través de visitas técnicas a las sedes y edificios de las instituciones gallegas y encuentros o recepciones con sus máximos representantes: el presidente de la Xunta; el conselleiro de Cultura, Educación, Formación Profesional y Universidades; la alcaldesa del Concello de Santiago; nuestras compañeras en los servicios de protocolo del Parlamento de Galicia y del ayuntamiento compostelano; el prefecto de ceremonias de la Catedral de Santiago…
En Santiago, hemos debatido sobre el futuro de la profesión de la mano de dos reconocidos miembros de instituciones académicas y universitarias gallegas en el marco de un encuentro profesional y divulgativo, en formato de mesa redonda, en la que se abordaron temas de indudable interés relacionados con el futuro de la profesión: la formación universitaria y los colegios profesionales.
En Santiago, hemos podido hablar, ponernos cara, intercambiar experiencias, coincidir con compañeras y compañeros de otras delegaciones y demarcaciones territoriales, recorrer museos y exposiciones, disfrutar de una envidiable gastronomía… y pasear, reír, charlar… Todo envuelto en la serena quietud de la piedra de Compostela, de sus calles seculares que se desparraman en un laberinto histórico bajo la sombra de la Catedral, bajo sus tesoros arquitectónicos y desde la imponente perspectiva de sus cubiertas…
Grazas de nuevo a quienes han hecho posible este importante y maravilloso encuentro, en Santiago, tierra de Historia, arquitecturas y caminos, en una cita con perfiles corporativos, profesionales, institucionales, académicos, formativos y sociales; una cita que vamos a repetir en otras delegaciones territoriales; una cita para la que ya contamos con la candidatura de la delegación territorial en la Región de Murcia para celebrar este encuentro el año próximo.
Hasta entonces, tenemos mucho por hacer y de ello da fe el amplio programa de actividades para el año en curso, aprobado en la misma asamblea y diseñado desde la Junta Directiva y las distintas delegaciones territoriales, que incluye conferencias, webinar exclusivas, reuniones corporativas, cursos de formación, encuentros con profesionales, seminarios y la actividad que se está preparando con la Academia Portuguesa de Estudios de Protocolo bajo el título Caminho de Santiago portugués, un evento milenario en la que se pretende ir abordando etapas del Camino en suelo portugués y español, desde el enfoque de su relación con tradiciones, ceremonias actos protocolarios y eventos.
En este camino profesional siempre habrá un tiempopara nuestro compromiso formativo con las universidades que imparten grados o másteres relacionados con nuestra profesión. En esta ocasión, me permito referirme a la Universidad Nebrija, con la que mantenemos un convenio de colaboración y cuyos alumnos del Grado en Comunicación Corporativa, Protocolo y Organización de Eventos volvieron a organizar con éxito, la entrega de los premios NEA, Nebrija Event Awards, con la asistencia y participación de los representantes de las agencias y asociaciones de referencia en nuestro sector como AEVEA, EMA, DIRCOM, ADC, APRI, Global Alliance y AEP, representada por este presidente. Esta tercera edición tuvo lugar el pasado 20 de marzo durante una gala celebrada en el Palacio de los Duques Gran Meliá en Madrid. En la ceremonia, tuve la oportunidad de hacer entrega de su galardón como mejor evento cultural a Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la quinta pasarela del mundo con 250 personas en plantilla durante la celebración del evento. La directora del mismo, Ana Rodríguez, reconocía que este tipo de actos “dan muchas satisfacciones, pero sabemos lo que nos cuesta salir cuando surgen situaciones complejas”.
En esa línea, de satisfacción tras el esfuerzo, volvemos a situar nuestros objetivos a medio y largo plazo. Con esas ganas, renovadas en Santiago, y con una junta directiva reforzada con nuevas incorporaciones de reconocidos profesionales de nuestra asociación, seguiremos trabajando para dar visibilidad y seguridad a una profesión de futuro, que cuenta con el respaldo de la sociedad, que no debe tolerar el intrusismo y que necesita objetivos aglutinadores como la colegiación, la formación académica y la profesionalidad. Esa, y no otra, es nuestra hoja de ruta para seguir consolidando a la aep como la asociación de los profesionales de protocolo.
¡Buen día y buena suerte!
Ramón Peche Villaverde
Presidente