Directrices para el aprendizaje de modales civilizados por los escolares de primaria y secundaria es el nombre que recibe la guía que el gobierno chino incluirá en sus programas educativos para estudiantes en un “esfuerzo por mejorar las formas de convivencia en sociedad”. La finalidad de esta medida es “mejorar los principios morales de sus ciudadanos, su comportamiento social y también la imagen de China en el extranjero”. Es decir, formar al “perfecto ciudadano”.

Entre otros temas, los alumnos aprenderán los fundamentos sobre los que se asientan el saber ser y el saber estar: el respeto, la amabilidad, la cortesía, la empatía, la tolerancia, la prudencia, el sentido del humor…; nociones de comunicación oral; principios de urbanidad; el adecuado proceder en lugares públicos; la importancia de la imagen personal y amplias instrucciones en torno a la mesa.

Como acertadamente informa el prontuario, la edad escolar, dividida en tramos de 6a8 años, 9 a11 y más de 11, y el nivel de conocimiento de los estudiantes marcarán las directrices a seguir.

Aplaudo la iniciativa de las autoridades chinas. Han hecho realidad un proyecto que muchos deseamos para nuestros escolares, y adultos, me atrevo a demandar. Respaldo totalmente su inclusión en los planes educativos de nuestro país. Mi experiencia en las charlas y talleres que vengo desarrollando desde hace años con alumnos de 4 a 16, me demuestran la buena acogida que tienen los seminarios en los que se abordan, de forma práctica y amena las buenas maneras en sus distintas aplicaciones. Disfrutan, se diviertan a la vez que aprenden.

Desde mi posición de experta en protocolo social dedicada a la formación de escolares, jóvenes y adultos, me voy a aventurar a ofrecer unos sencillos consejos relativos al aprendizaje en tan ambiciosas intenciones. Los estudiantes de primaria centran su atención en manuales repletos de ilustraciones originales y sencillos comentarios, en forma de consejos, rimas o refranes. Los dibujos deben representar fielmente el mensaje a transmitir. Los cuentos, los debates, las representaciones, las adivinanzas, los pasatiempos, las canciones y los bocetos contribuyen a asimilar y fijar conocimientos.

Los adolescentes reclaman explicaciones realistas, breves, claras y amenas, con recomendaciones prácticas, divididas por temas de interés, escritas en un lenguaje sencillo de comprender. Insistiendo en el mensaje que defiendo ardientemente: todo es más agradable, saludable, conveniente y fácil si sabes cómo comportarte.

Compartiendo en todo momento la idoneidad de los diferentes capítulos que aborda la guía, me atrevería a recomendar la inclusión del noble arte de la sonrisa; la perseverancia en la utilización de las palabras mágicas (perdón, por favor y gracias);el conocimiento de fundamentos de comunicación no verbal; el correcto procedimiento de la comunicación escrita; la cortesía al teléfono; el discernimiento en la precisa aplicación de los tratamientos sociales; las enriquecedoras experiencias que aportan las relaciones familiares y las reuniones sociales y la indiscutible importancia de otras consideraciones en torno a las expresiones culinarias, el talento para emitir mensajes precisos a través de los regalos…

Muchos especialistas españoles luchamos por reconocer la necesidad del conocimiento y aplicación del protocolo social, actual, sensato y cauto, en nuestros infantes y jóvenes, amparados en la premisa de que la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es la EDUCACIÓN. Tomen nota nuestras autoridades…
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*Texto extraído del artículo publicado en RevistaProtocolo.com el 2 de Febrero de 2011 – Ver artículo